lunes, 2 de noviembre de 2015

Situación del deporte I

Tenía desde hace tiempo pendiente una entrada al blog relativa a la crisis del deporte villalbino, algo que los últimos acontecimientos de la situación del campo de futbol y la pista de atletismo han precipitado. Y es que el debate sobre césped natural o artificial, no es más que la punta del iceberg de una crisis en la gestión del deporte villalbino desde tiempos que mi memoria no alcanza a recordar.

Vaya por delante que no tengo todos los cabos atados para hacer un análisis exhaustivo y profundamente documentado y mi conocimiento es el de un usuario de algunas instalaciones que ha tenido algún contacto que otro con algunos clubes deportivos y con los programas del área de deportes de algunos partidos políticos.

Al que quiera profundizar en la materia, le recomiendo seguir el perfil de Facebook “Onda Deportiva Sierra”, del periodista Jaime Fresno, que aúna documentación e imparcialidad en un mundo lleno de intereses cruzados como es el del deporte.

Lo cierto es que el deporte villalbino tiene una serie de condicionantes de gran calado que le van a impedir despegar en lo que no se deshaga de ellos, tarea ardua. Y es que es difícil remangarse y trabajar desde abajo en un pueblo en el que llegaron a coincidir en un mismo año un equipo en la segunda máxima categoría del baloncesto masculino, con uno de la primera femenina y otro de la primera de futbol sala.

Evidentemente todo aquello era un espejismo y una quimera que duro eso, un año exacto. En una población tan pequeña querer mantener tanto deporte de elite era imposible tanto en aquellos tiempos como en los actuales y de todo aquello solo consiguió perdurar por unos años el equipo de baloncesto gracias a un patrocinio excepcional del Banco de Bilbao y las marcas que le siguieron.

Pero evidentemente eso no podía ser eterno y el golpe de azar que consiguió que el club de baloncesto llegase a Collado Villalba en forma de una oferta irrechazable al entonces alcalde Carlos Julio López Jiménez, no pudo mantenerse ante el boom que el baloncesto tuvo en aquellos años, algo que solo estaba al alcance de las grandes ciudades. ¿Qué quedó de todo aquello?

Pues de todo aquello lo único que quedó fue un puñado de clubes deportivos que quisieron heredar el statu quo del difunto. Hasta que llego la confluencia de la burbuja económica-inmobiliaria que se sumó a la del futbol.

No me voy a poner a desgranar la historia y los avatares de cada club a lo largo de estos años, pero sí creo conveniente conocer unas ciertas pinceladas de la política deportiva de esos años hasta nuestros días. Desde el ayuntamiento se daban pingües subvenciones a los clubes sin criterios en algunos casos y con criterios meramente políticos en otros. Esto propicio despropósitos tan destacados como el fichaje de Marcos Sequeiros por parte del C.U. Collado Villalba, un tercera división recién ascendido fichando a un jugador que un par de años antes había jugado al máximo nivel en el At. De Madrid. Y todo ello mientras el Ayuntamiento desmontaba el viejo polideportivo para construir los actuales campos, no sin polémicas, pues hubo que rehacerlos en varias ocasiones por defectos en la construcción de los mismos. Otro dineral que se iba perdiendo. Tal vez ahora que nos han dicho lo que cuesta el cambio del césped de la ciudad deportiva, tomemos constancia de la barbaridad de lo sucedido en aquellos años.

Así que por un lado el club de futbol dilapidaba el dinero y secuestraba su futuro, ya que de aquellos polvos vienen estos lodos, mientras el Ayuntamiento malgastaba el dinero en inversiones que no terminaban de satisfacer las necesidades de la demanda y encima de mala calidad. Como consecuencia de esto se produce un “Gap” de unos diez años, imposible de recuperar, que además coincidió con la época más propicia para haber hecho inversiones y  fomentar un crecimiento ordenado del deporte villalbino. Pero se apostaron fuertes sumas de dinero en algo como la clásica de Alcobendas que no alcanzo nunca una gran repercusión y sin embargo suponia un desembolso estratosferico para las arcas municipales.

Y así, el consistorio en la segunda legislatura de gobierno de José Pablo González aborda un ambicioso plan para dotar a Collado Villalba de las infraestructuras deportivas que se merece un pueblo como el nuestro.  Así da comienzo la construcción de la Ciudad Deportiva que hoy tenemos, en un proceso de varias fases. Entre los puntos más ambiciosos del plan destacan la remodelación de la piscina de verano (pasa a convertirse en una piscina de recreo) y la construcción del centro acuático y el nuevo campo de fútbol con pista de atletismo incluida. Dos obras de calado, pero con importantes deficiencias, algunas de las cuales se corrigieron y otras no. Es decir, la chapuza seguía campando a sus anchas y con total impunidad por nuestro pueblo.

El vaso de competición de la nueva piscina tuvo que deshacerse por faltarle unos centímetros para tener las dimensiones necesarias para la homologación, pero aún así alguien me comentó una vez que no se podían realizar competiciones en él por no tener la profundidad necesaria en el lugar donde se deben poner los aparatos de la salida. Es decir, se arreglaba una cosa pero la otra se dejó mal. Pero esto no iba a ser la única incidencia a destacar, pues en el campo de fútbol, se presupuestó primero una grada de capacidad casi ridicula, cosa que al final se modificó y terminó casi duplicando su aforo.



Mientras la pista de atletismo retrasaba la inauguración de la obra supuestamente porque el tartán debía ser fijado en condiciones de alta temperatura para un mejor acabado. Pues bien, si aceptamos esa hipótesis (ríete de ella cuando Finlandia tiene como deporte rey sin discusión el atletismo) se conoce que no esperaron los suficiente y el suelo de la pista entre los tacos de los futbolistas y demás, no aguantó ni un año, tiempo en el que le llego su primer parcheado a pesar de su poco uso. Pero esa no es la única deficiencia, pues no olvidaré el día de la inauguración, cuando un vecino preguntó a Fermín Cacho que opinaba de nuestras instalaciones y este le comentó que estaban bien, pero que el foso del martillo había sido ubicado al revés y que no se podría usar. Ojo a este dato, pues es de relevancia con la polémica actual y es el motivo por el que han tenido que realizarse las competiciones de lanzamientos en otra sede en todos los campeonatos de atletismo que ha acogido nuestro municipio desde entonces. Supongo que eso es más o menos lo que podría pasar con la jabalina a la que en estos días han convertido en el deporte nacional, algo que solamente sucede en Finlandia.

Continuará…


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